La Nueva Ámsterdam
- César I. Oliveros
- 6 nov 2015
- 2 Min. de lectura
La primera vez que fumé marihuana fue hace 15 años. Pensé que moriría, en mi mente repetía que no lo volvería a hacer pero lo hice unas 50 veces más sin ningún efecto placentero, todo lo contrario; les veía cara de demonios a mis amigos, pensaba que los maestros podían leer mis pensamientos, sentía que me orinaba y un sinfín de mal viajes producto más de mis miedos que de los efectos de la “droga”.
Pero mi caso no importa y no pretendo disuadir a nadie ni hacer una apología de las drogas naturales o químicas. Me tiene sin cuidado lo que cada quien decida consumir. Lo que es cierto es que he visto los desfiguros más inverosímiles hechos por un borracho y el alcohol no está en los periódicos como el enemigo a vencer. En México el común denominar que usa un amplio sector de la población para definir a una mala persona es “marihuano(a)”. No importa que andes en anfetaminas, cristal, activo… Para algunas personas eres un “pinche marihuano”. Sin recordar que antes nuestras bisabuelas compraban marihuana en los mercados, para uso medicinal y supongo que recreativo también, la podías encontrar a un lado de la menta y el epazote, o eso vi alguna vez en una exposición fotográfica.
El título no alude a Nueva York, sino a la ciudad de México que hace algunos meses una revista de “arte y moda” llamaba el “Nuevo Berlín” por la cantidad y calidad de artistas que habitan esta ciudad, en la cual levantas una coladera y salen ratas y artistas. Bueno hemos mutado de: el nuevo Berlín a la nueva Ámsterdam. ¿Por qué?, simple. Porque los magistrados que ganan una cantidad obscena de dinero y usan unos vestidos negros, han permitido, en su mayoría, que sembremos y usemos la marihuana de forma recreativa. Bueno al menos 4 personas que metieron el amparo. Es un pasito hacia la modernidad, hacia el primer mundo. Una ciudad moderna en la que se asesina por un teléfono inteligente y en la que la mayoría de la gente es tan amable como el chango que escupía en el zoológico de Chapultepec (si eres menor de 30 años investiga a que me refiero)… No quiero caer en el tramposo argumento de que “hay cosas más importantes que discutir” porque seguro las hay, pero un tema no excluye a los otros.
El día de hoy la marihuana está en la boca de todos, literalmente, y estuvo desde que tenía 15 años y seguro desde mucho antes. No sé si fumaba porque era algo ilegal y mi ingenuidad lo convertía en algo excitante. O fumaba porque me gustaba sentir que iba a morir y darme cuenta que era mi imaginación. Ahí está lo lúdico y recreativo; en ese acercamiento a la prohibición y a la muerte… La realidad es que hay infinidad de personas que lo hacen por lo que sea, incluyendo mi familia y mayoría de amigos, y no necesitan que se aprueben leyes para su uso. La ciudad de México es la más moderna y a este paso seguro nos independizaremos de los demás Estados que viven en la Edad Media.

David Teniers the Younger, Monkeys Drinking and Smoking, 17th century
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